Jarque: almenas, almendras y ganas de ir más allá

 


El río Aranda divide en dos a Jarque de Moncayo; a un lado queda el casco urbano tradicional, con sus calles empinadas al abrigo del monte y la renovada silueta del castillo presidiéndolo todo. En la margen izquierda está el barrio de las Eras, con sus antiguos alfares –destaca especialmente el recuperado por el municipio, digno de visita– y una pequeña formación de rocas en curiosa disposición que da lugar a su nombre: el Cabezo del Diablo, en lo alto de una pequeña loma, que ofrece una vista magnífica del pueblo. Por el barrio de las Eras está creciendo este municipio que ha visto cómo aumentaba su población joven gracias, curiosamente, a la crisis económica que asoló al mundo hace una década.

Benigno Becerril, concejal del ayuntamiento local, lo explica. "Con la crisis, mucha gente pensó que era una buena idea volver a sus campos, recuperar plantaciones abandonadas; la industria tradicional de la zona, el calzado, ha ido yendo a menos. Muchos trabajaban en las fábricas de Brea e Illueca, aquí también había una, pero el sector está en merma. En nuestra agricultura destaca sobre todo el almendro y la variedad ‘guara’ del producto, que además ha mantenido unos precios muy interesantes para los productores en los últimos años; algo parecido se puede decir del cerezo, porque aunque las nuestras son fincas pequeñas, el fruto tienen muchísima calidad y un dulzor fuera de serie gracias a la altitud y el grano de esta tierra; ya sabréis que se persigue una D. O. Aranda-Calatayud en esta zona. En cuanto al olivo, se lleva a almazaras de fuera; quedan cuatro viñas que recoge una empresa de Épila, y una vez al mes vienen aquí a vender vino. Hay ganaderos que trabajan en el ovino con la raza roya bilbilitana, la rasa aragonesa y la cabra moncaína; muchos son jóvenes".

Jarque tiene más servicios: una tienda multiservicios, dos carnicerías, farmacia, consultorio médico y bar, el Arturo. También hay residencia de Tercera Edad con su propio bar, abierto a todos el público. Hasta hace nada estaba activa una embotelladora de cava, Fontellón, que ahora ha limitado su actividad comercial, con la llamada bodega de Pepe Luis como epicentro.

En cuanto al tejido asociativo, Jarque cuenta con la asociación cultural Valdeleños, creada en 2007, además de la asociación de mujeres Xiarchum y la juvenil Atalaya. Otra actividad que no perdona nadie en el pueblo y en buena parte de la zona circundante es el paseo hasta la fuente de Guayén, en el barranco del mismo nombre. Está a kilómetro y medio del casco urbano en dirección norte, y las aguas procedentes se manantial se han canalizado allí con una sencilla obra de acondicionamiento. Ese manantial alimenta además a otras tres fuentes del pueblo. Tambíén se llama Guayén el centro de Interpretación de la naturaleza local, que estudia la diversidad botánica de la zona; hay varias reproducciones en miniatura de los principales árboles presentes, con mención especial para el alcornoque. En la fauna hay representaciones a tamaño real de aves como el águila real, el cuco o la oropéndola.

El casco antiguo de Jarque está adaptado a la orografía natural del terreno; como está sobre una loma rocosa, y dada la influencia árabe en su disposición, las cuestas, escaleras y arcos son moneda común. Eso no dificulta las celebraciones locales; el primer domingo de agosto se honra a la Virgen del Rosario (en fecha algo adelantada a la que marca el calendario, para atender a los más de 1.000 visitantes regulares con raíces jarquinas) y el tercero de septiembre, la fiesta es en honor de San Pedro Mártir de Veruela.

Pedro Manuel Díez, de Brea y Mariluz Gil, de Arándiga, son los responsables de una de las carnicerías locales. Llevan 30 años en Jarque. "Mis padres –comenta Pedro– ya ejercían la profesión. Aquí trabajamos con elaboración propia el chorizo, morcilla, fardel, panceta, costilla curada de cerdo oreada a la sal y el aire del Moncayo, como se hacía antes... hay todo tipo de carnes y también ampliamos a algunos productos de primera necesidad. Salimos a alguna feria los domingos; el sábado estamos aquí quietos, porque es el día en el que más se trabaja con los que vienen de la ciudad y de los pueblos pequeños de alrededor". La carnicería de Ángel Embid completa con nota el servicio del sector en Jarque.

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